Adquisición de la escritura en niños con y sin disgrafía: Un enfoque calculado
Thomas Gargot, Thibault Asselborn, Hugues Pellerin, Ingrid Zammouri, Salvatore M. Anzalone, Laurence Casteran, Wafa Johal, Pierre Dillenbourg, David Cohen, Caroline Jolly
La escritura es una habilidad compleja de adquirir y se necesitan años de práctica para dominarla. Los niños con disgrafía tienen dificultades para automatizar su escritura. Esto puede provocarles ansiedad y repercutir negativamente en su educación. Se reclutó a 280 niños de colegios y clínicas especializadas para realizar la prueba BHK (Escala de evaluación concisa para la escritura de los niños) en tabletas digitales.
Con estos datos, se identificó a los niños con disgrafía. Se extrajeron doce características digitales que describen la escritura en diferentes aspectos (estática, cinemática, presión e inclinación) y se utilizaron para crear modelos lineales para estudiar la adquisición de la escritura a mano a lo largo de la educación. Se realizó una agrupación de medias K para definir una nueva clasificación de la disgrafía.
Los modelos lineales muestran que sólo tres características (dos cinemáticas y una estática) mostraron una asociación significativa en la predicción del cambio de la calidad de la escritura en los niños del grupo de control. La mayoría de las características cinemáticas y estáticas cambiaron con la edad. Los resultados sugieren que los niños con disgrafía no se diferencian simplemente de los que no la padecen por diferencias cuantitativas en la escala BHK, sino que muestran un desarrollo diferente en cuanto a las características estáticas, cinemáticas, de presión y de inclinación. La agrupación de K-medias permitió discernir 3 grupos (Ci). Los niños del grupo C1 presentaban disgrafía leve, normalmente no detectada en las escuelas, mientras que los niños de los grupos C2 y C3 presentaban disgrafía grave. En particular, C2 contenía individuos con anomalías en términos de cinemática y presión, mientras que C3 incluía niños con problemas principalmente de inclinación.
Los resultados actuales abren nuevas perspectivas para la detección automática de niños con disgrafía en el aula. También creemos que el entrenamiento de la presión y la inclinación en forma de juegos podría abrir nuevas posibilidades terapéuticas.