Durante el movimiento de escritura, hay un "tiempo de escritura", cuando el lápiz está en contacto con la superficie de escritura, y un "tiempo de aire", cuando el lápiz se mantiene en el aire mientras la mano se desplaza a una nueva posición para escribir la siguiente letra.
Cuanto más corto sea el "tiempo de aire" y menos movimientos se produzcan durante ese tiempo, más automatizada será la escritura. El flujo de la escritura se interrumpe cuando el lápiz está demasiado tiempo en el aire.
Los movimientos en el aire permiten al niño prepararse mentalmente para los futuros movimientos necesarios para la escritura. Estos procesos cognitivos pueden estar relacionados con la formación de las letras o la ortografía. Por eso, cuando se fomenta la fluidez en la escritura, es importante observar e incorporar estos criterios.